Una conversación que pudo haberse producido.
4 de abril de 2023 (14 de nisán)
– ¿De qué nación vas a escoger al Elegido?
– De los hebreos.
– Pero si son esclavos. ¿No sería mejor de los egipcios? Se han ganado una enorme reputación con sus imponentes construcciones y su estable imperio. Otra opción podrían ser los caldeos, que también mantienen por siglos una avanzada civilización.
– Eso no es determinante para mí.
– ¿Y de qué población hebrea lo elegirás?
– De Nazaret.
– ¿De Galilea? En todo caso, ¿por qué no de Judea? Allí está el centro administrativo, judicial y educativo de los judíos. Galilea no es nada. ¿De qué familia?
– De la de José, un carpintero.
– ¿Cómo? ¿Ni siquiera va a ser de una familia rabínica? ¿Quién le va a hacer caso a un simple obrero de una estirpe tan humilde? ¿Estás seguro de tu elección? ¿Cómo lo vas a hacer ascender al poder, si no tiene apoyo de élites, ni linaje noble?
– No va a tomar ninguna responsabilidad política. Va a ser despreciado y ejecutado como un delincuente.
– Yo siempre había pensado que el Elegido sería un rey, cuyo reinado cambiaría el curso de la historia.
– Y lo será.
– ¿Muriendo de esa manera, sin ejército, territorio y súbditos?
– Sí.
– ¿Estás seguro?
– Se convertirá en la persona más conocida del mundo, sus enseñanzas perdurarán milenios, afectará a la manera de comportarse de millones de individuos de todas las épocas y su muerte me cargará de razones para reparar el daño que los primeros desagradecidos provocaron.
– Estamos hablando de mucho tiempo, justo lo que los humanos no tienen, se desesperarán.
– Yo también originé el tiempo.