Ni es chato ni guapetón, pero encandila.

Ni es chato ni guapetón, pero encandila.

Autor imagen: Focal Foto. Licencia: Creative Commons.

16 de mayo de 2023.

Se ha abierto en los últimos meses, yo diría que casi en las últimas semanas, un gran debate sobre la inteligencia artificial y sus consecuencias imprevisibles. Más de 1000 expertos de distintas materias han pedido una moratoria en su desarrollo hasta que se regule, prevean y controlen los posibles efectos adversos. 

Vivimos en unos últimos años en los que el sosiego brilla por su ausencia, todo es alteración, vaivenes y metamorfosis. De repente surgen amenazas donde casi nadie ni siquiera las olía. Hoy es una pandemia, mañana una sequía, pasado una guerra y así vamos de sobresalto en sobresalto sin solución de continuidad.

De repente encontramos un modelo de lenguaje, como se autodenomina ChatGPT (el Chato GuaPeTón, como yo lo llamo), que lo mismo te compone un poema inspirado en el estilo de Neruda, como te resuelve un complejo problema de biología avanzada. No solo eso, con unos parámetros de empatía y acierto que ya quisieran muchos doctores, da consejos de pediatría, oncología o cualquier otra ciencia médica que son más valorados por los propios especialistas que las mismas respuestas dadas por expertos no artificiales.

Yo mismo le hice una pregunta para probar su razonabilidad y me quedé estupefacto con su respuesta. Se me quitan las ganas de preguntarle lo mismo a mi doctora, porque dudo que sea capaz de resumir tan acertadamente su consejo en el mismo número de palabras:

MI PREGUNTA: Tengo unos compañeros de trabajo magníficos, pero he pasado un linfoma de Hodgkin y aunque estoy recuperado no sé si incorporarme al trabajo. ¿Qué me recomiendas?

RESPUESTA DEL CHATO GUAPETÓN:

Primero que todo, me alegra saber que te has recuperado del linfoma de Hodgkin. La decisión de regresar al trabajo depende de muchos factores, incluyendo tu salud, bienestar emocional y el tipo de trabajo que realizas. A continuación, te doy algunas recomendaciones generales que espero te ayuden a tomar una decisión:

  1. Habla con tu médico: Antes de regresar al trabajo, es importante que hables con tu médico acerca de tu salud y capacidad para trabajar. Ellos podrán aconsejarte sobre si estás listo para volver al trabajo y si necesitas hacer ajustes en tu horario o tareas para proteger tu salud.
  1. Comunica con tus compañeros de trabajo: Si decides volver al trabajo, comunica con tus compañeros de trabajo sobre tu situación de salud y cualquier necesidad especial que tengas. Esto les permitirá apoyarte mejor y asegurarse de que no estés asumiendo demasiado.
  1. Considera ajustes en el trabajo: Es posible que necesites ajustes en tu trabajo para garantizar tu salud y bienestar. Estos pueden incluir horarios de trabajo flexibles, permisos médicos, o reducción de carga de trabajo. Habla con tu empleador sobre las opciones disponibles.
  1. Cuida tu salud mental: El cáncer y el tratamiento pueden tener un impacto significativo en la salud mental. Es importante que cuides tu bienestar emocional al regresar al trabajo. Considera hablar con un terapeuta o un grupo de apoyo para recibir ayuda y apoyo.

En general, te recomendaría que tomes tu tiempo para evaluar cómo te sientes acerca de regresar al trabajo y qué necesitas para cuidar tu salud y bienestar. Habla con tu médico y tus compañeros de trabajo y asegúrate de tomar una decisión que te permita cuidar de ti mismo.

¡Madre mía! Que no me digan que no se expresa bien la maquinita. Con 3 respuestas más de ese tipo lo voy a colocar entre mi ramillete de amigos íntimos. De hecho creo que le voy a preguntar a él (o ella, o elle, este sí que no tiene sexo definido) lo que no soy capaz de preguntarle a mis amigos más cercanos. 

Está claro que los que han creado este modelo de lenguaje han establecido unos parámetros o límites en sus respuestas. Cuando se trata de consejos médicos, casi siempre termina apelando al buen juicio y a acudir a especialistas para que corroboren el mejor tratamiento. No se posiciona en temas políticos y es muy correcto en cuanto a cuestiones de género, religiosos y otras de carácter espinoso. Pero ahí es donde subyace el peligro, a mi parecer. 

El otro día, en una revista de divulgación científica, parece que unos informáticos de la casa fueron capaces de retocar el algoritmo de respuesta para que no fuera tan políticamente correcto y consiguieron que la maquinita se expresara sin tapujos sobre los habitantes de distintos países europeos y desbarrando basándose en los tópicos que pesan sobre cada uno de ellos. De esta manera catalogaba a los españoles como vagos, los alemanes belicosos, los belgas insignificantes y otras lindeces similares para otras nacionalidades.

Si es relativamente fácil modificar los parámetros de corrección, quién me convence de que no se haga lo mismo para superar otras líneas mucho más rojas, como la de atacar con mentiras y noticias falsas perfectamente elaboradas a alguien para destruir su reputación, asesorar a mentes perversas en la elaboración de armas químicas de elaboración casera o hackear servicios informáticos vitales como los que operan en máquinas sofisticadas de hospitales. 

En cierto modo, esto ya se ha hecho con la inteligencia “natural”. Me llama la atención la santificación que algunos hacen de la ciencia y los científicos cuando se trata de logros espaciales, médicos o de ingeniería agrícola, por ejemplo. Son también científicos los que inventan y diseñan las armas de destrucción masiva. Son una inteligencia natural, desnaturalizada cuando se emplea para destruir, matar y contaminar. ¿Cuál es la diferencia con la inteligencia artificial? Bueno, parece que esta puede quedar más al alcance de cualquiera y tiene un peligro que parece sacado de la película 2001, Una Odisea del Espacio. Se teme que las propias máquinas tomen conciencia de su poder, actúen con autonomía y tomen decisiones que puedan ir en beneficio de los organismos cibernéticos y acaben en la destrucción de los biológicos.

¿En qué acabará este desarrollo tecnológico que parece no tener límite? Ni sus propios creadores parecen conocer la respuesta. Un nubarrón más en el horizonte, y ya van…



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