(II) Empiezo mi diario de un linfoma

(II) Empiezo mi diario de un linfoma

(II) Empiezo mi diario de un linfoma.

20 de mayo de 2022

Uf, ¡vaya repercusión que ha tenido mi primer escrito sobre el linfoma! Me tomó casi toda una tarde responder a los whatsapp, llamadas y audios que me llegaron el primer día y continuaron los días subsiguientes. Me han llamado amigos con los que hacía años que no hablaba. He recibido respuestas de personas que ni imaginaba. Más de una me ha dicho que por qué no escribo una especie de diario (no será diario, no temáis, más se parecerá, en general, a un semanario) contando la experiencia. Bueno, a mí me gusta escribir y puede servirme de terapia expresar cómo voy llevando este proceso que me tomará meses. Además, creo que ahora voy a tener más tiempo que nunca. Si alguien más quiere acompañarme leyendo mis reflexiones, pues bienvenido a bordo. Advierto que mi inspiración es una montaña rusa, con más caídas que subidas, pero bueno, ahí vamos.

 

Ayer jueves me hicieron una aspiración de médula porque en el PET-TAC decía que no estaba clara la afectación de la misma. Mi hematólogo, Jesús, dice que un Hodgkin no suele infiltrar la médula, pero que por protocolo hay que hacer biopsia de la médula ósea para asegurarse. La prueba tiene, como habría dicho mi madre, “cacaruca”. Se trata de pincharte en la zona ósea de la cadera hasta el tuétano y extraerte 3 botecitos de la sangre que se genera en el interior de los huesos, también te extraen una muestra del propio hueso. Por cierto, decía Jesús que el mío era muy duro. Yo le dije que eso sería bueno, ¿no? y él contestó que por supuesto, pero que le exigía hacer más fuerza. Entre la anestesia local y que solo duró 5 minutos, no puedo decir que fuera algo insoportable, pero como le dije a Jesús y a la enfermera que le ayudó, he descubierto que entrar en un hospital es tener todas las papeletas para que te pinchen en casi todos sitios. Él me dijo con sorna: “No sabemos hacer otra cosa”.

 

Jesús se ve un buen hombre. Debe tener 63 años, porque su correo electrónico incluye un 59. No es de muchas palabras, pero como me ha dado carta de libertad para preguntar lo que quiera y yo soy un poco parlanchín, no ha tenido más remedio que contestarme a mis numerosas preguntas y observaciones. Una de mis preguntas impertinentes fue si no había pensado en jubilarse, en vista del trabajo tan ingente que lleva adelante, y me dijo que sí, pero que estaba casi solo en la unidad de hematología que dirige y que todavía se veía muy necesario en el sistema, que continuaba por responsabilidad. Qué maravilla que sigan existiendo personas así.

 

Le comenté algo que me tiene sorprendido. Desde hace ahora unos 16 días, empecé con naproxeno (un antiinflamatorio) para la fiebre dos veces al día, pero a la vez comencé a tomarme Renoven, un producto que conozco desde hace décadas. Antes se llamaba Bio-bac, e incluso antes vacuna de enzimas vivientes. Es un producto que patentó Fernando Chacón, un farmacéutico de la farmacia El Globo de Córdoba en los años 80, alegando que tenía propiedades anticancerígenas. Posteriormente lo comercializaron, como he dicho, bajo el nombre Bio-Bac y fue denunciado, creo que por la agencia del medicamento. Su caso llegó al Tribunal Supremo y los propietarios del producto salieron absueltos, pero obligados a comercializarlo a partir de entonces como suplemento dietético, no como medicamento. 

 

También me estoy tomando un complemento a base de setas (reishi, shiitake y maitake), a las cuales también se les atribuye propiedades contra el cáncer. Por si fuera poco, ingiero unas cápsulas de concentrado de cúrcuma, que tiene efectos contra la inflamación y por último, un licuado de un montón de frutas y verduras: apio, tomate, manzana, remolacha, jengibre, etc. No sé si todo esto va a servir de algo o solo va a vaciar un poco más mis bolsillos, pero el caso es que he tenido una mejoría increíble en estos 16 días. Lo explico en otro párrafo, que este va siendo muy largo.

 

Como expliqué en mi anterior escrito, la fiebre me empezó el 14 de marzo. He estado exactamente 52 días con calentura, como se dice en Andalucía, hasta el 4 de mayo. La fiebre fue in crescendo y también otros síntomas: empecé a toser muchísimo y sentía como si tuviera algo en el pecho (en el TAC apareció un conglomerado de ganglios afectados en el mediastino, debajo del esternón, probablemente era eso lo que me presionaba la tráquea y me producía la tos), por las noches tenía unas sudoraciones extremas, de tenerme que cambiar el pijama dos veces empapado. Bueno, pues todo eso ha desaparecido en 16 días. 

 

Se supone que esta próxima semana empiezo con la quimio, pero tengo verdadera curiosidad por saber si mi enfermedad ha dado un paso atrás, aunque haya sido pequeño, fruto de todo lo que estoy tomando. Pero claro, llevo dos TAC en menos de un mes y no creo que sea conveniente más radiación en tan poco tiempo, pero si hubiera alguna forma de saber si ha habido alguna remisión de la extensión de los ganglios afectados, me encantaría saberlo, porque sería prueba de que ese cóctel de productos está funcionando.

 

Dos advertencias: 1) Yo sé que será, en todo caso, por la experiencia acumulada en medicina oncológica,  la quimioterapia la que pueda conseguir hacer desaparecer la enfermedad, pero quiero creer que todo lo que la ayude puede ser muy importante para que tenga éxito y 2) NO estoy recomendando que nadie en una situación parecida a la mía se tome lo mismo que yo. No soy médico, no sé la repercusión que pueden tener estos productos en la salud de otra persona y siempre he sido enemigo de recomendar remedios “milagrosos” para curar enfermedades. Cada persona es un mundo y lo que a uno le puede funcionar, a otro le puede causar malos efectos.

 

Dicho lo anterior, me gustan los médicos que no se cierran a lo convencional, que conocen y están abiertos a otras terapias o procedimientos que puedan coadyuvar en la curación de una persona. De cerrazones de mente que impidieron avanzar en la expansión del conocimiento ya tenemos abundantes ejemplos en la historia que desgraciadamente causaron mucho daño.

 

Bueno, ya está bien por hoy, ¿no? Sigo con ánimo positivo, los 3 últimos días han sido magníficos con tantas muestras de apoyo y cariño. Me ha hecho mucha gracia que mi exhortación a no ser mezquinos con los “tequieros” ha generado una cadena de corazoncitos en mi whatsapp. ¡Qué bien! 

 

Cierro: sed felices con cualquier cosa pequeña, una risa de tu bebé, el abrazo de un amigo, la tortilla de patatas con o sin cebolla, lo mullido de tu colchón o la intriga de tu serie del momento. No hacen falta grandes cosas para sacarle partido a esta vida que Dios nos regala cada mañana. Besos.





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