En la intimidad de una muchedumbre.

En la intimidad de una muchedumbre.

6 de agosto de 2023.

A veces una muchedumbre de casi 2.500 personas no deja de ser una masa informe de individuos que forman parte de un mero paisaje carente de calidez humana. Pueden llegar a ser un todo anónimo que no inspira la más mínima cercanía. No es el caso de la de la foto.

Aterrizando en mi cubículo desde el que escribo frente a mi veterano teclado, después de 3 días de multitudinaria compañía, llego cargado de mensajes inspiradores, pero mucho más de aquellos no expresados, de los que te transmiten rostros y abrazos. Durante 3 años no hemos podido disfrutar de este baño de multitudes limpio y purificador. En mi caso, con mi encierro de casi 8 meses, anhelaba volver a encontrarme con muchas caras apreciadas y durante más tiempo del deseado, distantes.

Puede que algunos no seamos conscientes del privilegio incalculable que supone atesorar tantas amistades y que las puedas encontrar a la mayoría bajo el mismo techo y en el mismo momento. Más de 40 años dan para muchos desencuentros y roces que nos alejan de otros, pero cuando esas 4 décadas, en cambio, se utilizan para forjar lazos de amistad y cariño como los que, en mi caso, he tenido la fortuna de encontrar, uno no puede mirar a sus semblantes sin recibir una ráfaga continua de amor con mayúsculas.

No he podido contar los abrazos recibidos, ni las sonrisas dedicadas a unos cuantos metros de distancia o a un palmo de mí. Han sido 3 días de mirar a mi entorno y singularizar en individuos lo que para otros es una multitud. No son 2.500 personas, son 1+1+1+1… y así hasta llegar a la primera cifra. Cada uno había recorrido un camino distinto para llegar al encuentro, pero el destino era el mismo. Allí hemos vuelto a palpar la magia de la complicidad, del apego, del objetivo común.

Se nos ha animado a ejercer paciencia, y trataré de ponerla en práctica en su concepto más amplio, pero seré incapaz de desplegarla cuando piense en el tiempo que queda hasta la próxima ocasión en la que vuelva a experimentar esa indescriptible sensación de bienestar que producen cientos de sonrisas sinceras acompañadas de una mirada hacia tus ojos.



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