(88º) DIARIO DE UN LINFOMA (Un pinchazo es más molesto que un tenor).

(88º) DIARIO DE UN LINFOMA (Un pinchazo es más molesto que un tenor).

25 de agosto de 2022.

Me he levantado relativamente bien, pero ayer por la tarde tuve fiebre de 37,5 y por la noche de 37,7. Aun así, a las 8 me fui a jugar al tenis con mi amigo Carlos. Me había tomado previamente un Paracetamol y cuando fui a hacer deporte no tenía calentura, pero cuando regresé empecé a sentir frío y de nuevo me subió. Son las inyecciones de Filgrastin, sin duda, así que volví a ingerir otro analgésico y ya he podido dormir mejor.

Esta mañana acabo de venir del hospital de día de la extracción de sangre para el hemograma. Hoy, como expliqué ayer, no me ponen la quimio, será mañana a partir de las 10:30. Por lo visto se ha estropeado una campana de extracción del laboratorio donde preparan los medicamentos y así no se pueden elaborar, ya que precisan de un ambiente estanco y totalmente limpio. Mi hemograma está bastante bien, aparece la ya acostumbrada anemia en la serie roja, pero muy leve, la hemoglobina está en 12 y otros indicadores del volumen corpuscular de los hematíes y plaquetas son menores de lo normal, pero no alarmantes. Mis neutrófilos, en cambio, están en 7, el máximo, eso indica, por lo menos, que merece la pena la febrícula, dolores de cabeza y demás inconvenientes que producen mis inyecciones. Hay que consolarse, no queda otra.

Solo explico brevemente la sensación que he tenido visitando el hospital de día, porque dice mi Rubi, que si soy muy explícito, me recrearé en el problema y será peor. De nuevo se han despertado esas sensaciones estomacales incómodas, pero moderadamente. Espero que mañana, mi trabajo psicológico de esta semana surta efecto.

Se me olvidó contar ayer que nada más llegar al piso de Jerez, nos encontramos debajo de la puerta una citación judicial. Parecía que iba dirigida a la Comunidad de Propietarios, pero venía la dirección de nuestro piso. Era justo para esa mañana antes de las 2 de la tarde. Tenía una inquietante coletilla que decía que si no acudía podría acarrearme los perjuicios legales correspondientes. Le pregunté a un vecino del primero si a él le había llegado y me dijo que no. Por cierto, este vecino es cantante profesional o pretende serlo. Se pasa gran parte del día haciendo sonidos guturales con su garganta, gritando y alargando las vocales o directamente cantando ópera. Es lo que tiene vivir en pisos. A mí no me molesta especialmente, sobre todo porque el hombre no lo hace a horas intempestivas, pero para los que estamos acostumbrados a vivir en casas aisladas, siempre es un tanto chocante que en la tranquilidad de tu casa, escuches chillar a los niños del vecino, los ladridos de su perro o tengas a un Plácido Domingo de barrio, bajo tus pies.

No sé si se escucha bien a mi vecino cantando ahora mismo.

 

Acudí a los juzgados y finalmente era un escrito dirigido al presidente de la comunidad de propietarios o el administrador, y era el resultado de un litigio con otra comunidad vecina en la que se le reclamaban unos intereses de 13 euros. Total, una tontería que me hizo perder media mañana y encontrándome regular. 

Esta mañana, otro pinchazo y mañana uno más. Cuando acabe esta sangría voy a mimar mi cuerpo. El pobre me lo tienen acribillado. 

Tenemos cuerpos maravillosos. Están preparados para que los maltraten y recuperarse en poco tiempo. ¡Qué pena que algunos no los cuiden ni los protejan! Yo le hablo muchas veces a mis células, las animo y les transmito mi confianza en ellas. Ahí están mis neutrófilos trabajando a destajo por reproducirse después de que la quimio mate hasta a un 90% de ellos. Mis agujereados brazos solo muestran un diminuto punto que recuerda la inserción de la aguja, pero eso no les impide hinchar sus músculos para agarrar la raqueta y moverse con energía para golpear con fuerza la pelota. Mi estómago se rebela continuamente contra esos venenos que llegan hasta sus sensores, pero cuando le echo comida, se resigna y vuelve a hacer su trabajo, genera sus ácidos, disuelve los alimentos y reparte sus nutrientes a donde tengan que llegar. Mi garganta se resiente y me deja afónico una semana, pero después repone los tejidos de mis cuerdas vocales y en 8 o 10 días vuelvo a poder cantar casi como mi vecino.

¿Somos conscientes de ese trabajo constante, callado y humilde que nuestro organismo realiza diariamente por tan solo un par de platos de comida y unos vasos de agua? Lo único que nos pide es que le demos las horas de descanso que necesita, que los saquemos un poco al sol, que le demos algún movimiento y que, cuando no sea preciso, como es mi caso ahora, no lo envenenemos con porquerías innecesarias. Tampoco es tan difícil devolverle con un poco de gratitud lo que hace cada día por nosotros.

Mientras tanto, siguen los que hacen justo lo contrario. Noticia de ayer:


Ya no voy a repetir lo que ya expliqué, pero no hay manera. Seguimos maltratando nuestra vida y la de los animales. ¡Ay Señor! 

Tengo ahora tres libros en plena lectura y la verdad es que los 3 me están gustando. A ver si no me defraudan. Uno es “El Maestro de Esgrima”, de Pérez Reverte, que me lo regaló y dedicó mi querido compañero Juanfran. Otro es “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”, de Marián Rojas, una psiquiatra que da muchas charlas motivacionales (este recomendado por mi amigo Manolo de Cádiz), y finalmente “12 reglas para vivir: un antídoto al caos” de Jordan Peterson. Este es un psicólogo clínico del que he escuchado algunas charlas en YouTube, pero no sé todavía si me gustará el libro, lo he empezado y lleva un capítulo hablando de langostas y chochines, un pequeño ave abundante en Canadá. No sé por dónde saldrán los tiros.

De Marián Rojas circulan muchos vídeos en Internet, pero este que se repite en varios portales, me parece un resumen magnífico de cosas que nos ayudan a ser un poco más felices. Creo que no tiene desperdicio y animo a escucharlo. 

Ahora sí, espero no escribir mañana, mi quimio me está esperando y la mayor parte del día lo pasaré enchufado a mis máquinas envenenadoras. Hoy voy a intentar disfrutar de mi último día bueno. Espero que vosotros lo hagáis de uno más de los vuestros.

Ah, copio la Playlist actualizada, que ayer creo que no la inserté bien.

 

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