(184º) DIARIO DE UN LINFOMA (A veces mi adversario tiene razón).

(184º) DIARIO DE UN LINFOMA (A veces mi adversario tiene razón).

20 de diciembre de 2022.

Le he dado un par de días de descanso a mi blog, el tiempo invitaba a tomar más el aire y estuvimos en Jerez haciéndolo. El sábado intenté salir a correr un poco y fui capaz de hacerlo durante unos 18 minutos y 3 kilómetros. Después de 8 meses de quimioterapia no está mal. Por supuesto es mucho menos de lo que podía hacer antes, pero bueno, me conformo con poder simplemente correr, que ya es mucho. Eso sí, llevo dos días con unos dolores por agujetas que hacía años que no sentía. Es increíble lo cargadas que se me han quedado las piernas, especialmente los cuádriceps, que me duelen tan solo al levantarme después de estar un rato sentado.

El domingo disfruté del partido de la final del mundial con mis dos yernos. No hubo mucha polémica porque los 3 queríamos que ganara Argentina. Durante 80 minutos los sudamericanos le dieron una lección de fútbol a los franceses, pero lo que engancha a tanta gente a este deporte es lo que pasó en 2 minutos, algo que parecía ya sentenciado se da la vuelta y los últimos minutos del partido parecían estar decantados a favor de los europeos. La prórroga tuvo la misma intriga. Después de adelantarse la albiceleste con el gol de Messi, el penalti y su ejecución perfecta por Mbappe volvieron a darle una enorme emoción a los últimos minutos, más aún con esa parada increíble del portero argentino ante un gol hecho. A mi entender, los penaltis finales hicieron justicia y encumbraron a un jugador de dibujos animados como lo ha sido el pibe argentino durante toda su carrera. Como madridista lo he sufrido muchas veces, pero como aficionado al buen fútbol lo he disfrutado casi 2 décadas.

Más allá de sus connotaciones políticas, el mercantilismo en que se ha convertido y la devoción casi religiosa que produce, tengo que reconocer que el fútbol levanta pasiones y genera un seguimiento que no tiene parangón con otros deportes, si hablamos de su carácter global. Si hace 40 años, muchas selecciones eran meras comparsas en las fases finales de un mundial, ahora cualquiera y de cualquier parte del globo puede poner en aprietos a las mejores del mundo, véase Japón, Corea o Arabia Saudí por hablar de 3. Como espectador aficionado a los deportes, desde luego, lo disfruto.

Ayer lunes me hice la analítica que me prescribió Jesús y espero tener los resultados en un par de días más. Hace un mes que terminé la quimio y no creo que mis defensas estén todavía en condiciones, pero tengo ganas de saber que están algo recuperadas para poder moverme con más tranquilidad y también plantearme la inoculación de las vacunas de la gripe y la COVID. 

Me sigo encontrando bien. Cuando le pido a mi cuerpo un pequeño sobreesfuerzo, noto que no estoy como antes, pero mi comparación más inmediata viene de estos últimos 8 meses… y no hay color, estoy infinitamente mejor. El simple hecho de pasar las tardes sin febrícula ya es extraordinario. Acostarse cada noche y solo sentir el calorcito de las sábanas y el edredón, y no tener ese malestar tan desagradable, es un logro incomparable. No sentir náuseas y poder comer con normalidad es otro placer maravilloso. Siempre lo he pensado, pero lo reitero hasta resultar pesado, el simple hecho de vivir sin dolores y malestar es algo por lo que dar gracias todos los días.

Acabo de hablar con Alicia y cada día se encuentra algo mejor. Está la pobre luchando con su diabetes, dice que el azúcar está todo el día subiendo y bajando, y también con dolores en la zona de los riñones, pero está respirando mejor y puede hacer una vida más normal. Hemos quedado en vernos cuando tenga los resultados de mi PET-TAC, porque tendremos que celebrar que los dos estamos mejor.

Y mientras unos luchamos por seguir vivos y disfrutando de las cosas sencillas de la vida, los políticos siguen peleándose y crispados. ¡Madre mía! ¡Qué imagen están dando! Dicen que son un reflejo de la sociedad, pero me cuesta creer que el ciudadano de a pie esté en ese estado de histeria constantemente. Unos porque quieren aferrarse al poder de la forma que sea y otros porque quieren llegar a él también por los medios que sean necesarios. ¿De verdad, si se hablaran con respeto, llegaran a acuerdos mayoritarios por el bien común y le dieran la razón al oponente cuando la tuvieran esto provocaría la pérdida de votos? Es un debate que a veces he tenido con compañeros que son militantes de partidos, y parece que sí, que el votante que está claramente decantado por una ideología quiere que los que considera sus representantes le den caña al oponente, que sean inmisericordes y no le den nunca la razón.

Yo recuerdo que en plena transición, Adolfo Suárez intentó huir de los extremos y por eso fundó Unión de Centro Democrático. Aparentemente, y hablo desde el desconocimiento que me da mi lejanía por la política, ya que nunca he votado, el hombre buscaba entendimientos en ambos bandos del abanico ideológico. Presentaba un discurso moderado y conciliador, alejado de las descalificaciones y desacuerdos. Pues sufrió un descalabro electoral y finalmente desapareció como partido. Veo comportarse como hooligans a los que apoyan las distintas opciones políticas. Parece el mundo del fútbol. Si sientes los colores del Sevilla, al Betis ni agua. Pero ¿tan difícil era aplaudir esas cabalgadas por banda y esos centros medidos de Joaquín, aunque jugara en el contrario? Vuelvo a hablar de Messi, o Ronaldinho. Me siento orgulloso de aquellos madridistas que le aplaudieron en el Bernabeu. Un trabajo bien hecho, un argumento bien desarrollado o una jugada de mérito, aunque la haga el contrario hay que reconocerla. Una sociedad polarizada y fanatizada tan solo ha producido odio y guerras, la historia está para corroborarlo.

Bueno, no me enrollo más hoy que tengo que subirme al tejado de mi casa porque estoy peleándome con mi antena para volver a coger la señal de televisión y hoy vendrán a instalarme un nuevo router y me cambio de operador, que Movistar ya no me da más promociones y me quiere sacar el doble por la oferta que tengo actualmente. La verdad es que me fastidia estar a cada instante revisando el fin de los contratos de luz, teléfono y hasta de mis suscripciones a los periódicos online, porque cuando finalizan, sin mediar un aviso, te lo suben todo y te das cuenta cuando revisas los cargos bancarios. Tengo que apuntarme en el calendario el vencimiento de esas ofertas y pelearme por mantenerlas. Lo mismo pasa con los seguros de los coches y la casa. Es un fastidio la verdad. Te llaman continuamente para hacerte nuevas ofertas, pero para mantenerte las ya firmadas nunca lo hacen y luego vienen las sorpresas. El caso es que como no estés al tanto, a final de año se te ha ido un buen dinero entre unos y otros. Este mundo comercial es cada vez más una  jungla.

Menos mal, que después de todo, lo que continúan inmutables son los atardeceres, los nuevos días y el brillo del sol. Aunque lo interrumpan las borrascas, este siempre vuelve a depositar sus rayos sobre nuestras cabezas. Bienvenidos sean.

Estas han sido las dos últimas puestas de sol.




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