(177º) DIARIO DE UN LINFOMA (Un lavavajillas me puede llevar a Galicia).

(177º) DIARIO DE UN LINFOMA (Un lavavajillas me puede llevar a Galicia).

9 de diciembre de 2022.

Más días de lluvia en el horizonte de la próxima semana, eso es lo que nos espera. La climatología ha cortado en seco mis planes de hacer algo de deporte al aire libre y salir a respirar aire puro. Aquí en Benaocaz, cuando se cierra el tiempo con nubes y lluvia, además acompañado de viento, es difícil salir a la calle, y no estoy para pasar frío.

Dentro de dos lunes quiero hacerme la analítica completa que me mandó Jesús y comprobar si mis neutrófilos ya han empezado a recuperarse. Hasta entonces tengo que extremar las precauciones, tanto más ahora que hay resfriados, gripes y COVID a mansalva. Rubi misma está medio constipada y aquí andamos intentando guardar prudenciales distancias. 

En enero voy a cambiarme definitivamente al Servicio Andaluz de Salud en MUFACE. Quiero que a partir de ese mes sean en el hospital de Jerez los que lleven el seguimiento de mi enfermedad. Pero quiero seguir pagando de forma privada una compañía aseguradora de salud, lo cual no me está resultando fácil, ninguna me quiere. DKV y Adeslas ya me han dicho que lamentan no poder ofrecerme la póliza debido al proceso oncológico que estoy pasando, aunque haya finalizado el tratamiento. La última me envió incluso una carta certificada para comunicármelo. ASISA, la compañía con la que llevo 30 años, inicialmente fue la única que me admitía la contratación pero excluyéndome cualquier proceso oncológico que desarrolle en los próximos años. La verdad es que me parecía una barbaridad, porque entiendo que no me cubran una recaída en el linfoma, pero si dentro de x años me aparece un cáncer de piel, no entiendo que tampoco me lo traten. Había reclamado, y finalmente el delegado de la compañía para Cádiz ha dado órdenes de que me admitan con la exclusión únicamente de cualquier tipo de linfoma. Tendré que pasar por el aro y aceptarlo.

Cada día trae sus sorpresas y esta mañana ha sonado el timbre a las 10 de la mañana con el cartero entregándome una carta certificada procedente del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción de Arzúa (A Coruña). Se trata de una cédula de citación para un juicio en el que aparezco como denunciante contra un tal Luis Alberto. ¿Pero qué he hecho o me han hecho en La Coruña? He estado un buen rato pensando y llamando infructuosamente a los teléfonos del juzgado que me aparecían en la comunicación. Por fin he podido hablar con un funcionario que me ha instado a llamarlo en un par de horas porque estaba solo y no podía buscar mi expediente (Creo que los he pillado en la hora del desayuno. Los funcionarios ya deberíamos conocernos, entre las 10 y las 11 escasea el personal en las oficinas). 

Hace ahora un año intentaron estafarme a través de un anuncio de milanuncios.com, creo que este es el origen de la citación. Rubi puso a la venta un lavavajillas y a través de whatsapp un individuo se interesó por él. Después de un paripé de regateo, se lo dejamos en 210 euros. Nos dijo que lo quería comprar con un servicio que se llama “Milanuncios express”. Él nos lo pagaba de antemano, un servicio de paquetería lo recogería y, si todo estaba bien, nos abonaban los 210 euros. El comprador era supuestamente de Burgos. La verdad es que la estafa se la habían currado bien porque ese servicio es verdad que lo ofrece Milanuncios, pero me envió un enlace a una página falsa en la que tenía que meter los datos de mi tarjeta, decía que era para garantizar la devolución de su dinero en caso de que no le enviara el lavavajillas en las condiciones que ponía el anuncio y, por lo tanto, lo devolviera. Eso ya me hizo desconfiar, pero aún así, empecé a introducir los datos de mi tarjeta, solo que en uno de los campos me pedía el saldo de mi cuenta corriente. En ese momento paré y buscando por Internet encontré información de otras personas que habían sido estafadas por este método. Inmediatamente llamé a Unicaja y cancelé mi tarjeta aunque no me habían hecho cargo alguno.

Esta imagen es la de Milanuncios Express de verdad, no la falsa.

Al día siguiente el estafador seguía enviando whatsapp para que termináramos la transacción y yo le dije que estaba en el trabajo, que cuando llegara a casa seguiríamos. Esa mañana me fui a la guardia civil y puse una denuncia, indicando el número de teléfono desde el que me estaban intentando engañar. Lo tuve distraído un par de días, sin intentar levantar sus sospechas, para darle tiempo a la Guardia Civil a que investigara. Finalmente desistió y no volví a saber nada de él ni de la denuncia. Pues bien, creo que ese es el origen de la citación judicial. Supongo que el individuo es de la zona de La Coruña y por eso la denuncia ha llegado al Juzgado de Arzúa. El caso es que si no me presento la comunicación finaliza diciendo que se me podrá imponer una multa de 200 a 2000 euros. A ver si el lavavajillas me va a salir por un ojo de la cara. En fin, espero poder solucionar esto sin tener que desplazarme ni hacer nada más, porque si no, se va a tener uno que pensar en denunciar este tipo de actuaciones. Ahora bien, como tenga que ir, aunque me cueste el dinero, haré lo que pueda para que este tipo de gentuza sin escrúpulos pague de alguna manera por este tipo de fraudes.

Recuerdo que el guardia civil que redactó mi denuncia me dijo que ahora más de la mitad de ellas tenían que ver con estafas por Internet o telefónicas. Hay que tener 7 ojos con este tipo de fraudes. Mira que yo me considero más o menos avispado en el uso de las nuevas tecnologías, pero estuve a punto de caer. No dejo de pensar y de indignarme con lo que estos desalmados pueden hacer con personas mayores o menos diestros en el uso de los móviles. La falta de escrúpulos de este tipo de individuos no deja de sorprenderme, porque demuestra una maldad premeditada que debería tener un fuerte castigo. Todavía puedo entender la desesperación de un yonki que roba un bolso presa del mono y ávido por conseguir dinero para el siguiente chute, pero el del maleante que tranquilamente sentado en el sillón de su ordenador fragua este tipo de trampas que tiene como objetivos, muchas veces, a ancianos o personas de cierta ingenuidad y que se toman todo el tiempo del mundo para consumar sus fechorías a sangre fría, me enerva. Si trabajara en la Unidad de Delitos Informáticos de la Guardia Civil, me iba a poner las botas persiguiendo con todas mis fuerzas a estos canallas.

Bueno, vamos a terminar con mejor sabor de boca. Ayer mi amigo Diego pudo mantener una breve conversación conmigo por teléfono, parece que después de dos semanas vuelve a tener algunas fuerzas para hablar y moverse algo más. Roberto ya no amarillea apenas y también se siente mejor. Mi cuñado Pepe no empeora de sus pulmones y Alicia me dio la sorpresa diciéndome que ayer fue capaz de hacer la comida, señal de que pudo ponerse de pie y moverse algo mejor. Los males dan una tregua a algunos, aunque aparezcan en otros, pero esto es ley de vida (esta imperfecta que estamos viviendo), tenemos que acostumbrarnos.

La lluvia sigue salpicando los cristales de mi ventana, las hojas del nogal que veo desde mi escritorio se oscurecen empapadas de agua, mi almendro ya ha perdido casi todas las suyas y tapan al completo el césped artificial que cubre el suelo bajo sus ramas. El verde del prado junto a mi casa se hace más intenso a medida que crecen las briznas de hierba. El anómalo “veroño” que hemos vivido hasta bien entrado noviembre parece que va dando paso a un invierno más ortodoxo. Espero que las abundantes precipitaciones que se siguen esperando durante los próximos días permitan correr a los arroyos, estos nutran a los ríos y de nuevo los pantanos presenten en los próximos meses ese aspecto que todos deseamos, con su superficie llena de agua y no de terrenos agrietados y secos. Feliz día.






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