(168º) DIARIO DE UN LINFOMA (Cruzamos el primer puente con éxito).

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24 de noviembre de 2022.

La puesta de sol de ayer se parecía a mi estado de ánimo. Las nubes negras cubrían mayormente el cielo, pero el sol buscaba un hueco para ofrecer sus rayos.

No está uno para muchos disgustos. Ayer pasé una mala tarde con mi pensamiento absorto en Barcelona, en un quirófano de la Clínica Teknon donde mi amigo Diego se sometía a una intervención complicadísima para poder seguir con vida. No voy a crear intriga, el poco juego literario que pueda tener mi diario lo voy a dejar para otro momento, no lo quiero emplear para trivializar con algo tan serio y que genera tanta ansiedad a sus familiares y amigos. La intervención, hasta este momento, ha sido un éxito.

Dicho lo anterior, y ahora explicaré con más detalle la hazaña que el Dr. Vicente realizó ayer, el día fue bastante duro para mí. Todavía en la semana post-quimio compruebo que estoy sujeto con alfileres. Me influye muchísimo el estado anímico en el físico. Por la tarde me volvió a dar una pequeña febrícula bastante molesta, pero lo peor fue que tenía el corazón encogido. Mi hilo de comunicación para saber cómo se iban desarrollando los acontecimientos con la familia de Diego era Antonio, su yerno. La intervención estaba prevista para unas 4 horas de duración y a Diego lo pasaron a quirófanos a las 3 de la tarde, una hora antes de lo agendado. El cirujano se incorporó a las 4. Pues bien, eran las 22:30 de la noche y no había noticias.

Ni el 7-0 de España sirvió para abstraerme de mi preocupación, al revés, mientras veía el partido no hacía nada más que acordarme de las veces que hemos visto juntos, Diego y yo, algunos de estos encuentros. Él no es deportista, pero sí le gustaban los partidos de la selección y siempre me decía que España tenía los mejores peloteros del mundo. Ayer, mientras veía ese despliegue de talento en un partido que rozaba la perfección por parte del equipo de este país, mi corazón se encogía pensando que en ese mismo momento, mi querido amigo estaba jugando de verdad el partido más difícil de su vida. Mi malestar crecía por momentos.

En mi afán, en ocasiones enfermizo, por conocer los detalles médicos de los tratamientos a los que tengo que enfrentarme o de aquellos que afectan a personas que me importan, había estudiado a fondo en qué consistía la intervención de Diego. Creo que merece la pena que detalle algunos aspectos de la misma, puesto que puede dar idea de la complejidad que requería y también puede ayudar a valorar el avance científico que se ha producido en el campo médico, para el que merece la pena dedicar los recursos que hagan falta, ya que sin salud ¿para qué sirve todo lo demás? Da que pensar el hecho de que este tipo de intervenciones tengan que costar tanto dinero y que los profesionales que las realizan no encuentren en la sanidad pública suficiente incentivo para realizarlas dentro del sistema. 

La operación de Diego era imposible para 3 cirujanos vasculares consultados. El primero fue el desconsiderado, por calificarlo suavemente, que le dijo aquello de que habría que abrirlo como a un cochino. Sin paños calientes le espetó que someterse a esa operación prácticamente lo condenaba, en el mejor de los casos, a acabar en una silla de ruedas. El segundo fue el equipo del Virgen del Rocío. Dos cirujanos vasculares atendieron a Diego en dos ocasiones y solo le ofrecieron la posibilidad de intervenirlo en cirugía abierta y sin grandes posibilidades de éxito y, por supuesto, sin garantizar un tratamiento sin sangre. El tercero fue un cirujano cardiovascular también de Barcelona, este sí, sumamente considerado, que estudió el caso en profundidad, recreando en 3D toda la vena aorta de Diego y consultando a todos los miembros de su equipo e incluso a los fabricantes de las prótesis. Le dijo que sentía mucho comunicarle que veía imposible realizar la colocación de la prótesis de la aorta torácica sin cirugía abierta y con un alto riesgo de mortalidad, que podía llegar hasta un 40%. En esa entrevista yo asistí e intervine preguntándole francamente si él tenía experiencia en ese tipo de operaciones. Me dijo que nadie, en realidad, la tenía puesto que un desafío quirúrgico de ese calibre en aneurismas aórticos no se daba más de 2 o 3 veces al año en toda España.

La única opción que quedaba era el Dr. Vicente que, desde la primera consulta por videoconferencia, se mostró capacitado para la intervención y creía que los riesgos eran más asumibles que dejar que el aneurisma continuara aumentando. El principal obstáculo, como ya conté, era el elevadísimo coste de su participación.

Trato de explicar la dolencia de mi amigo y en qué ha consistido la intervención. Diego padece un aneurisma aórtico y abdominal. Un aneurisma es un engrosamiento de la vena producido por traumatismos o por hipertensión. Es como si un tubo de goma que conduce agua tuviera una presión excesiva y, en varios de sus tramos, se deteriorara y, debido a ese exceso de presión, se hinchara hasta el punto de poderse romper. La arteria aorta es la principal del cuerpo. Sale del corazón en un tramo ascendente formando una curva que luego pasa a descendente, recorriendo todo nuestro cuerpo hasta la parte final del abdomen. Tiene un diámetro de unos 2.5 cms. en un adulto. Diego tiene dos aneurismas, el superior, llamado torácico, ha alcanzado un diámetro de casi 9 cms. y el abdominal ronda los 6. Es fácil imaginar que con esas dimensiones exista, como le han dicho algunos médicos, la posibilidad de que a corto plazo se rompa, lo cual significa la muerte asegurada.

Hasta hace dos décadas esos aneurismas se trataban abriendo al enfermo desde el cuello hasta la cadera y sustituyendo la aorta por una prótesis. Eso suponía, de término medio, un mes en la U.C.I. y unos 3 de hospitalización. El Dr. Vicente y otros cirujanos vasculares empezaron entonces a trabajar en un procedimiento menos invasivo y cruento, consiste en introducir la prótesis a través de la vena femoral, en la pierna y llevarla hasta la zona de la aorta que sufre el aneurisma. Allí se fija dentro de la aorta enferma y la sustituye sin tener que eliminarla. Este procedimiento tiende a convertirse en la primera opción en muchos hospitales ahora para los aneurismas abdominales, pero son pocos los que se atreven a realizarlos en la zona torácica, la que más arriba alcanza el corazón. La aorta de Diego, para colmo, tenía dos anomalías genéticas en venas que salían de forma aberrante (es el término que usaba el doctor). 

Sustituir la vena más importante del cuerpo por una prótesis no es nada sencillo. De la aorta salen otras venas que irrigan casi todas las zonas del cuerpo y estas no pueden quedarse sin sangre en ningún momento, sobre todo la médula espinal (lo cual produciría parálisis) y el cerebro. Para evitar el deterioro de este último, la primera parte de la intervención consistía en hacerle un bypass (una especie de empalme) en el cuello, para desviar el flujo sanguíneo por otro cauce y evitar con ello que durante la intervención se quedara sin sangre. Diego tenía esas venas muy deterioradas y tardaron casi 5 horas en finalizar está primera intervención.

La segunda parte consistía en colocar la endoprótesis torácica. He visto vídeos que simulan este procedimiento y resulta de ciencia ficción, la verdad. La prótesis ha venido de EE.UU. y ha sido hecha a medida y tratando de salvar unos ángulos que  en el llamado “cuello hostil” de la aorta de Diego complican aún más la operación. Parece increíble que puedan realizar este proceso a través de una minicámara y con todo el instrumental a través de las propias venas. Hay que resaltar que la prótesis tienen que fijarla a las paredes de la aorta evitando que se produzca ninguna fuga.

A esta hora parece que todo ha salido bien. Ojalá en las próximas continúe el buen estado de mi querido amigo y todo quede listo para la siguiente intervención, porque aquí no acaba todo amigos, dentro de algo más de un mes tiene que volver a pasar por este procedimiento para sustituir ahora el tramo abdominal, cuya prótesis la fabrica una empresa australiana y su inserción es tanto o más complicada, ya que su coste es todavía mayor que la que le hicieron ayer.

En la intervención participó la Unidad de Cirugía sin Sangre de la Teknon. Es un grupo de médicos que tiene amplia experiencia en todo tipo de intervenciones minimizando la pérdida de sangre del paciente y usando técnicas de recuperación, sellado y tratamientos que cada vez demandan más personas, no solo los testigos de Jehová. Las manos del Dr. Vicente y su equipo son tremendamente expertas, pero ayer fuimos muchos los que pedimos a Jehová que también hiciera su parte en el proceso. El propio Dr. Vicente le pidió a la familia, antes de entrar en el quirófano, que rezaran porque todo saliera bien puesto que, en palabras suyas, era una operación “muy muy complicada y larga”. 

Quiero finalizar con este largo post de detalles médicos en los que espero no haber metido mucho la pata, ya que no soy un experto, resaltando de nuevo la pericia y profesionalidad del cirujano que ha intervenido a Diego. Esta semana pasada estaba en Nueva York participando en uno de los numerosos congresos en los que actúa como ponente. Es, de hecho, un referente mundial en cirugía endovascular. Ha realizado intervenciones de este tipo en países tan lejanos como China y recibe el reconocimiento de colegas suyos, como he podido comprobar en algunos vídeos de Youtube, de todo el mundo. 

Una vez, en presencia mía, mi hermana Tere le decía a su cirujano de Córdoba que le salvó la vida también con una intervención extraordinaria en el Reina Sofía: “Ustedes sí que tienen que recibir el reconocimiento y el dinero que merecen, no los futbolistas como Messi o Cristiano Ronaldo”. Como ya he dicho, debería ofrecerse esta medicina de calidad dentro de la red pública y no nos deberían doler prendas por dedicar nuestros impuestos a financiar a estos profesionales y sus investigaciones. Desgraciadamente no siempre se hace y a veces hay que buscar en el ámbito privado la solución que no hallamos en el público, pero las casi 9 horas que los médicos le dedicaron a mi querido amigo no tienen precio. El desembolso que eso significa para su familia, teniendo incluso que vender algunas de sus propiedades o embarcarse en préstamos, hoy tienen el premio de ver que a mi querido amigo pueden quedarle unos años más de esperanza. Quiero pensar que más pronto que tarde volveremos a disfrutar juntos de los partidos de la selección española. Él anoche ganó su primer Mundial. 







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